martes, 1 de marzo de 2011

El fantasma interior





Es curioso como la mente puede recrear fantasías a partir de una o varias áreas dañadas del cerebro. Una enfermera desarrolló un punto ciego en su campo de visión, por donde, por causas aparentemente desconocidas, veía personajes de historietas o caricaturas de sus conocidos. Una bibliotecaria sufrió una apoplejía, comenzó a reír sin poder parar un día entero, hasta que la muerte llamó a su puerta. Un psiquiatra diría sin dudar: “Estas personas están totalmente locas”, pero sin embargo, en sus otras facetas, son personas tan sagaces como otra cualquiera. Estos casos y otros más, generalmente se catalogan en la carpeta de curiosidades y ahí se quedan, sin tratar de sacar una respuesta metodológica del cerebro. El doctor Ramachandran, en éste libro, nos guiará y enseñará cómo ha cambiado la arquitectura del cerebro de esta gente, dándonos unas respuestas limpias a todas esas preguntas que nos abordan cuando nos cuentan cómo una persona puede decir que sigue teniendo brazo izquierdo si lo perdió en un accidente automovilístico. Ramachandran explica que, sacando a pacientes -de la clínica psiquiatra- con síntomas parecidos a los ya citados, y llevándolos a laboratorios, pueden explicarse los cambios conductuales y cerebrales de estos sujetos. El doctor explica que pueden proseguir donde Freud lo dejó, pudiendo llamar a este tiempo “la era de la epistemología experimental y de la neuropsiquiatría cognitiva”.
Estructura de una neurona:
                                          

        Hace falta conocer las distintas áreas cerebrales para poder entender con precisión de lo que se habla.  Si aumentamos con un microscopio a cualquier parte del encéfalo veremos que existen unas células nerviosas llamadas neuronas, las unidades básicas del sistema nervioso. Cada neurona tiene un “cuerpo central” y numerosas ramificaciones llamadas dendritas, que se conectan con otras neuronas mediante estos “brazos”. A su vez, tienen un axón primario para enviar información fuera de la célula. El proceso de intercambio de información entre neuronas se llama sinapsis. Es inmenso el número de estados cerebrales posibles si se tiene en cuenta que de un fragmento del cerebro del tamaño de un grano de arena hay unas cien mil neuronas, dos millones de axones y mil millones de sinapsis, todas en constante trabajo. El cerebro comienza en la parte superior de la médula espinal, es una región llamada médula oblonga, que conecta la médula espinal con el encéfalo y tiene el trabajo de controlar funciones vitales. La médula conecta con el puente de Varolio, que se encarga de los movimientos coordinados. Encima de todo esto se encuentran los dos hemisferios.  Estos dos hemisferios, a su vez, están divididos en cuatro partes o lóbulos -frontal, parietal, occipital y temporal-. Cada hemisferio controla los músculos del lado contrario del cuerpo. Estos están conectados por el cuerpo calloso, si se cortara, los dos hemisferios no podrían comunicarse entre sí dando problemas cognitivos. La parte exterior de cada hemisferio se llama corteza cerebral, es un manto de células formado por seis estratos. Justo en el centro del encéfalo está el tálamo. Toda la información sensorial pasa a través de ésta región antes de llegar a otras partes. Debajo del tálamo se alberga el hipotálamo, que interviene en las funciones metabólicas, la sexualidad, el miedo, etc.
                                                


Casos:

Caso 1: Un tipo, que en su adolescencia sufrió una epilepsia en el lóbulo temporal, afirma hablar con Dios y demás parafernalia religiosa.

Caso 2: Un atleta tuvo un accidente de moto y perdió su brazo, no obstante, él dice que aún sigue teniendo brazo y, si intentas hacerle algo a la “mano”, que le hace daño y lo siente.

Caso 3: Una enfermera desarrolló un gran punto ciego en su visión y, como si de película se tratara, ve personajes de historietas y caricaturas.

Caso 4: Una profesora sufrió una apoplejía paralizándole el lado izquierdo del cuerpo, pero insiste en que su brazo izquierdo, no está paralizado. Incluso afirma que ese brazo era de la propiedad de su hermano.

Caso 5:  Una bibliotecaria, tras sufrir otra apoplejía, comenzó a reírse sin poder controlarlo un día entero. Al siguiente murió.

Caso 6: Arthur, un joven que sufrió un accidente de coche, aseguraba que sus padres no eran realmente sus padres, sino unos impostores en lugar de sus progenitores.

Caso 7: Una mujer aparentemente normal como otra, sufre una “insurrección” de su brazo izquierdo, el cual tiene deseos de estrangular a su propietaria, la que tiene que luchar con el brazo cuerdo contra éste asesino.

Caso 8: Un paciente conocido como H.M. Padecía una epilepsia que no se era capaz de tratar, por lo que optaron por extirpar el hipocampo, por lo que las consecuencias fueron bastante malas. Tan malas como que el paciente no se acordaba de lo que le habían dicho hace un minuto.

Caso 9: Un señor que había sufrido una apoplejía tenia plena consciencia de todo lo que ocurría, pero tenía un problema al pedirle que hiciera pequeñas cuentas como sumar, restar, etc. aun sabiendo lo que era los conceptos matemáticos.

Conclusión:
       El profesor Ramachandran nos envía con estas materias al joven mundo de la neurociencia, donde queda mucho por descubrir y muchas sorprendentes historias. El doctor mantiene una actitud fisicalista sobre estos temas a tratar, dejando sin veracidad a psiquiatras al argumentar que llegan a inventarse teorías para que encajen con el problema del paciente.









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